Desierto la Candelaria
Turismo de Colombia y El Mundo
Revista El Viajero, editada mensualmente, publicación digital de la empresa canadiense Perfiles Latinos Medio Group.
Noticia de Febrero
Desierto La Candelaria: Un lugar ancestral lleno de espiritualidad y tranquilidad. Texto: Yeison Medina Medina
Un lugar ancestral lleno de espiritualidad y tranquilidad Texto: Yeison Medina Medina
En el departamento de Boyacá, a siete kilómetros al nororiente del municipio de Ráquira y a treinta dos kilómetros al suroeste del municipio de Villa de Leyva, se encuentra el desierto de La Candelaria. Un lugar en donde se une la ancestralidad de la Tierra con la espiritualidad y la tranquilidad de un espacio en donde el sonido del viento es el mayor ruido y sobresalto que se puede percibir.
El Desierto de La Candelaria tiene como atrayentes mayores sus paisajes y el Monasterio de monjes Agustinos, cuya fundación fue en el año de 1604, por iniciativa del padre agustino español Mateo Delgado.
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Este desierto es una hondonada con extensas zonas verdes y es bañado por un pequeño río de aguas esmeraldinas que le da aún más magia al lugar. Como cualquier otro desierto, la soledad y el ruido del silencio predominan en todo el territorio. Además plantaciones de maíz, cultivos de tomate y algunos frutales acompañan y adornan a éste peculiar espacio que pasa de lugares desérticos, con rocas y tierra árida a oasis fértiles, verdes y armoniosos.
Como recuerdo de aquella desértica zona boyacense, además de las imágenes de los paisajes que quedarán talladas en la mente del turista, se puede conseguir productos artesanales como vasijas de barro cocido y todo tipo de objetos trabajados con el arte de la alfarería y la materia prima de la arcilla.
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El Monasterio de los Monjes Agustinos.
Fundado en 1604 por el padre agustino Mateo Delgado, es un lugar especializado para el noviciado de dicha comunidad religiosa, retiros espirituales y hospedaje para los viajeros que lleguen al desierto de La Candelaria.
En las instalaciones del monasterio el viajero se puede deslumbrar con jardines imponentes y con pasillos antiquísimos de piedra. Asimismo, apreciar un pequeño museo de antigüedades, artesanías y diversos objetos; colecciones de arte colonial y lienzos en óleo. En la iglesia se encuentra un cuadro de la Virgen de La Candelaria pintado en un trozo de cedro que data desde el año de la fundación del monasterio y una galería importante de la época colonial española donde se hallan retratos y cuadros pintados por diversos artistas tanto nacionales como extranjeros.
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A destacar algunas pinturas del artista Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, considerado por expertos como el mejor pintor colombiano de aquella época.
La espiritualidad y la paz que se siente en la iglesia del monasterio de los agustinos y en general en todo el desierto de La Candelaria, es descrita de la mejor manera posible por el político, geógrafo, periodista y literato colombiano del siglo XIX Felipe Pérez, quien en su texto “El desierto de La Candelaria” citó puntualmente lo siguiente: “La puerta de esa casa [Monasterio de La Candelaria] no está nunca cerrada; y por ella caben los grandes y los pequeños, por ser la casa de la verdadera igualdad. Para entrar a ella no se requieren vestiduras de grana u oro, perfumes ni joyas: no, todo el que tenga esperanza puede pasar adelante”.
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En pocas palabras, la visita al desierto y a su monasterio es una visita que renovará de una u otra forma al viajero que los conozca y que lo llenará de tranquilidad y de sosiego espiritual pues el conocimiento de este lugar puede tocar hasta lo más íntimo de la persona, sin importar clase social o cualquier distinción racial, cultural, política o económica.
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